Ya no basta con ser inteligente y trabajador, pues todo el mundo es inteligente y trabajador. ¿Cómo hacer para ser más atractivo para las empresas en estos tiempos de crisis?
Nuestra vocación profesional es una de las variables que más debemos tener en cuenta a la hora de pensar en ideas para mejorar. Y es que en nuestro trabajo pasamos la mayor cantidad de horas del día, es la fuente de nuestros recursos económicos, pero más importante aún, es también fuente de satisfacción o insatisfacción de muchos que se sienten que han triunfado o también fracasado según sea el caso. Es por ello que conviene estar siempre atentos de cómo trabajar mejor, como ser más productivos. De ello dependerán nuestros ascensos, nuestra línea de carrera y en algunos casos nuestro nivel de recompensa personal y económico.
En una compañía de selección de personal y continuamente nos toca reclutar y escoger a los mejores. Les hemos preguntado a nuestros clientes actualmente, con crisis incluida, cuál es el perfil de los candidatos que buscan. Y la sorpresa fue grande. Y es que hace pocos años el perfil que se pedía era completamente distinto al de ahora. Antes bastaba con terminar en una universidad o instituto de cierto prestigio y tener experiencia, que sea medianamente inteligente y trabajador. Al poco tiempo, se exigía también además un post grado llámese Maestría o especialización en algún campo en especial y que sea un experto en el tema que manejará. Pero resulta que ahora, ya hay muchos que cumplen con ese perfil, y las empresas se han vuelto más exquisitas para reclutar personal. El factor crucial para tomar la decisión de contratación ya no será su formación académica o su experiencia sino sus capacidades relaciones.